Quince años después...
Publicado: Dom Dic 16, 2007 1:01 am
Mendoza, domingo 9 de diciembre, un cielo estrellado y con luna, un clima perfecto, un aire de fiesta...
El concierto, montado con todos los recursos de la tecnología, prolijamente hilvanado... Un libreto muchas veces estudiado, con algunos retoques "lugareños", como un guiño de complicidad para los expectadores... Mucha diversión, mucho entusiasmo, mucho "juego" compartido y repartido...
Para mí fue una experiencia particular, porque la última vez que vi a Serrat en ese escenario fue hace quince años!
Yo estaba embarazadísima (casi 8 meses) y fui acompañada por una tía que temblaba como una hoja por la emoción. En aquella oportunidad, el Nano estaba presentando "Utopía". Recuerdo cómo me conmoví cuando cerró aquel concierto con "De cartón piedra", la canción con la que me "enamoré" de él cuando sólo tenía nueve años... Allí estaba, frente a mí, bajo una luna llena hermosísima, sentado en su taburete de terciopelo rojo...
Esta vez, fui con mi tía nuevamente, porque cumplió 80 años y me pidió como regalo que la llevara a ver a "los dos Pájaros"... y también me acompañó mi hijo - ya casi un quinceañero - y que hace unos días atrás, se emocionó con "Palabras de amor"...
Esa experiencia del paso del tiempo y la vigencia de las canciones del Nano, esa posibilidad de amalgamar generaciones al pie de sus escenarios, ésa es su magia, su alquimia.
En cuanto al concierto, pues debo ser sincera: me divertí, pero "no me llegó al alma", como me dijo una amiga.
No redundaré en detalles que, creo, han sido ampliamente comentados por [email protected] Sí quiero compartir con ustedes una anécdota:
En una parte del espectáculo en el que Serrat hace un monólogo pidiendo algo así como un reconocimiento hacia Sabina, de pronto un grupo de jóvenes que se encontraban en el campo alrededor del escenario, inició un estribillo que se extendió como una llamarada a todo el estadio: "Serrat... Sabina... los jóvenes te admiran..." El rostro del Nano se iluminó con una cálida sonrisa y sus ojos se llenaron de esa ternura tan suya... Y después de unos cuantos segundos, dijo: "No me hagan ésto, porque no voy a poder hacer el payaso..." Y se notó el esfuerzo que tuvo que hacer para retomar el "personaje" y su monólogo...
Por un instante, sentí que el Serrat que amo volvió a brillar, como una estrella fugaz bajo ese cielo nocturno. Ese instante sí me llenó el alma y creo que a él también.
Esta es mi breve reseña, es lo que sentí y así se los transmito.
Un abrazote,
Estela
El concierto, montado con todos los recursos de la tecnología, prolijamente hilvanado... Un libreto muchas veces estudiado, con algunos retoques "lugareños", como un guiño de complicidad para los expectadores... Mucha diversión, mucho entusiasmo, mucho "juego" compartido y repartido...
Para mí fue una experiencia particular, porque la última vez que vi a Serrat en ese escenario fue hace quince años!
Yo estaba embarazadísima (casi 8 meses) y fui acompañada por una tía que temblaba como una hoja por la emoción. En aquella oportunidad, el Nano estaba presentando "Utopía". Recuerdo cómo me conmoví cuando cerró aquel concierto con "De cartón piedra", la canción con la que me "enamoré" de él cuando sólo tenía nueve años... Allí estaba, frente a mí, bajo una luna llena hermosísima, sentado en su taburete de terciopelo rojo...
Esta vez, fui con mi tía nuevamente, porque cumplió 80 años y me pidió como regalo que la llevara a ver a "los dos Pájaros"... y también me acompañó mi hijo - ya casi un quinceañero - y que hace unos días atrás, se emocionó con "Palabras de amor"...
Esa experiencia del paso del tiempo y la vigencia de las canciones del Nano, esa posibilidad de amalgamar generaciones al pie de sus escenarios, ésa es su magia, su alquimia.
En cuanto al concierto, pues debo ser sincera: me divertí, pero "no me llegó al alma", como me dijo una amiga.
No redundaré en detalles que, creo, han sido ampliamente comentados por [email protected] Sí quiero compartir con ustedes una anécdota:
En una parte del espectáculo en el que Serrat hace un monólogo pidiendo algo así como un reconocimiento hacia Sabina, de pronto un grupo de jóvenes que se encontraban en el campo alrededor del escenario, inició un estribillo que se extendió como una llamarada a todo el estadio: "Serrat... Sabina... los jóvenes te admiran..." El rostro del Nano se iluminó con una cálida sonrisa y sus ojos se llenaron de esa ternura tan suya... Y después de unos cuantos segundos, dijo: "No me hagan ésto, porque no voy a poder hacer el payaso..." Y se notó el esfuerzo que tuvo que hacer para retomar el "personaje" y su monólogo...
Por un instante, sentí que el Serrat que amo volvió a brillar, como una estrella fugaz bajo ese cielo nocturno. Ese instante sí me llenó el alma y creo que a él también.
Esta es mi breve reseña, es lo que sentí y así se los transmito.
Un abrazote,
Estela